Los ajustes normativos que se le han aplicado al delito de violencia intrafamiliar parecen no haber tenido mayores efectos sobre su ocurrencia. Por el contrario, son un ejemplo más del llamado Derecho Penal simbólico, es decir, de su utilización como instrumento para darle tranquilidad a la sociedad, mostrándole que existe una autoridad fuerte que es capaz de reaccionar a los actos que ella misma desaprueba.

Así lo señaló la Corporación Excelencia a la Justicia (CEJ), en un estudio reciente en el que advierte que el simple aumento de penas no disuade la comisión de delitos, si no va acompañado de prevención y capacidad del Estado para identificar y procesar a los responsables, entre otras medidas.

Según explicó, las cifras de este ilícito han sido significativas, a pesar de las modificaciones que se le han aplicado. Estas conductas, agregó, se han presentado mayoritariamente por la intolerancia entre las parejas. De igual forma, en los diferentes tipos de violencia intrafamiliar, las mujeres han sido las más victimizadas, con un 77,7 % de los casos conocidos por Medicina Legal.

La CEJ recalcó que la verdadera lucha contra la violencia intrafamiliar no se debe enfocar solo en las modificaciones al tipo penal, sino en medidas como la prevención del delito, el empoderamiento de los derechos a las víctimas, el fortalecimiento en la atención de la Fiscalía y, sobre todo, la articulación interinstitucional.

 

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