Tasa de jueces por habitantes en Colombia y el mundo

Dentro de los elementos que son estudiados a la hora de abordar la satisfacción del derecho de acceso a la justicia, se encuentra la oferta de servicios de justicia. Si bien dicha medición excede el análisis de los servicios prestados a través de sedes judiciales (en la medida en que otras instituciones y actores también pueden prestar servicios de justicia), resulta de gran importancia la medición acerca de la relación entre los jueces existentes y la población total de un país. Pero, más importante aún resulta la realización de dicha medición a nivel comparado, de manera que se pueda apreciar qué tendencias existen en las regiones y el mundo, y cómo se encuentra un país como el nuestro si se examina a la luz de la situación de otras democracias.

Al observar los datos sobre el número de jueces por cada 100.000 habitantes en los Estados de América y Europa, se encuentran tendencias disímiles, aún dentro de las mismas regiones. Incluso se puede apreciar que durante los últimos años se han registrado variaciones dentro de los mismos países, que en casos como Costa Rica, Suecia e Inglaterra han resultado sustanciales. Si bien Chile es el país cuya tendencia ha sido la más baja (registrando un índice entre 5 jueces por 100.000 habitantes en 2004 y 6,5 en 2008), Inglaterra es el país con el menor número de jueces, puesto que en 2008 llegó a descender a tan solo 3,5 por 100.000 habitantes (pese a que en las anteriores mediciones reportó una cifra de casi el doble). Otros países que se encuentran entre los registros más bajos son Venezuela (que ha reportado una tasa de 6,8 jueces por 100.000 habitantes), Perú (entre 6,1 y 8,3 jueces) y Brasil (con un mínimo de 7,1 y un máximo de 8,21 jueces). Del otro extremo, Rusia es el país con el mayor índice de jueces, el cual llegó a ascender a 24,2 en el año 2008. Llama la atención que en segundo lugar se encuentra Costa Rica, que alcanzó a reportar la existencia de 21,85 jueces por cada 100.000 habitantes. Le siguen países como Portugal (18 jueces en 2008), Uruguay (oscilando entre 14 y 14,4 jueces) y Suecia (este último con un gran descenso en los últimos años, puesto que pasó de 17,9 jueces en 2004 a 11,3 en 2008).

Contrario a lo que muchos pudieran pensar, Colombia se encuentra en una posición intermedia, registrando un índice de jueces por 100.000 habitantes de entre 10,4 en 2004 y 11,7 en 2008, el cual resulta similar al de países como España (10,7 jueces en 2008), Francia (9,1 jueces en 2008) e Italia (10,2 jueces en el último año). Así las cosas, nuestro país supera a la mayoría de la región y alcanza niveles equiparables al de varios Estados tomados como referentes en materia internacional.

Este panorama permite concluir que, en materia comparativa, Colombia ha alcanzado un nivel intermedio en cuanto a su proporción de jueces. No obstante lo anterior, quedan deudas pendientes en materia de acceso a la justicia en nuestro país. En efecto, en Colombia existen retos que deben ser asumidos durante los próximos años: en relación con la tasa de jueces sobre la población, se debe resaltar el mandato introducido por la ley 1285 sobre la existencia de al menos un juez por cada municipio, disposición encaminada a mejorar el nivel de satisfacción del derecho de acceso a la justicia –teniendo en cuenta que actualmente se ha llegado a estimar que 128 municipios carecen de despachos judiciales en sus cabeceras- . De la misma forma, se debe tener en cuenta que la ley 1395, sobre descongestión judicial, estableció el régimen para la creación de los jueces de pequeñas causas y competencia múltiple, cuyo espectro de acción abarca especialmente aquellos conflictos comunitarios, que actualmente no suelen ser puestos en conocimiento de la justicia por las barreras de acceso que existen. Estas medidas implican prestar especial atención hacia futuro al monto y la distribución del presupuesto asignado a la Rama Judicial. Cabe anotar que la coyuntura actual, marcada por la discusión en el Congreso del Plan Nacional de Desarrollo, constituye un marco idóneo para la planeación a mediano plazo en esta materia.